La ciencia política en Bolivia inicia su organización y desarrollo formal con la recuperación de la democracia en 1982. Al grupo de cientistas políticos formados en Europa y México,  A raíz de los grandes conflictos sociales, el país ha retrocedido institucionalmente y la disciplina debe volver su mirada a temas básicos, como el de la revalorización del sistema democrático. Asimismo, las organizaciones que aglutinan a los profesionales en ciencia política son muy nuevas, lo que les obliga primero a consolidarse como tales para desarrollar otro tipo de actividades.

Ahora bien, no se pude negar la influencia de René Zavaleta Mercado entre los primeros estudiantes de Ciencia Política. Zavaleta, intelectual formado en el marxismo, era un excelente ensayista y desarrolló varias tesis acerca de la historia política de Bolivia y de sus actores principales. Destacan tres obras fundamentales: Consideraciones Generales Sobre la Historia de Bolivia (Zavaleta, 1986a); Las Masas en Noviembre (Zavaleta, 1983) y Lo Nacional-Popular en Bolivia (Zavaleta, 1986b). En estos trabajos destaca la idea (recurrente en la izquierda boliviana) del papel central de las masas, pero especialmente de las masas mineras en la etapa posterior a la guerra del Chaco que desembocaría en la Revolución Nacional de 1952. Asimismo, plantea la hipótesis que son precisamente estas masas las que tendrán un papel relevante en el proceso de resistencia a las dictaduras militares y recuperación de la democracia en 1982.

Entre 1982 y 1985 los primeros pasos de la nueva democracia boliviana se ven seriamente comprometidos a raíz de una crisis económica que genera una monumental hiperinflación. El gobierno de Hernán Siles Zuazo, asediado por la protesta social liderada por la Central Obrera Boliviana (COB), debe resignar un año de su mandato y convocar a elecciones anticipadas. Las contradicciones políticas que caracterizaron este período se reflejan en una serie de trabajos reunidos bajo el título de Democracia a la Deriva (Mayorga, 1987).

Se debe señalar que el trabajo de H.C.F. Mansilla, se sitúa en todo este período con reflexiones críticas no sólo alrededor del pensamiento marxista, sino del proceso de reformas modernizadoras que serán implementadas desde 1985. El trabajo más significativo de este politólogo se titula La Cultura del Autoritarismo Ante los Desafíos del Presente (Mansilla, 1991), donde se plantea que subyace al tejido social latinoamericano, pero especialmente boliviano, una cultura política autoritaria heredada de la colonia y de ciertas prácticas de los pueblos andinos, que hacen muy difícil el desarrollo de la democracia. En este sentido, ni las organizaciones de izquierda, inspiradas en las corrientes del marxismo, ni los tecnócratas influenciados por la moda neoliberal podrán impulsar el progreso de la sociedad boliviana si antes no se afecta esa matriz cultural autoritaria.